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Leyenda del Diablo de Timanfaya
Esta leyenda se remonta al 1 de septiembre de 1730, cuando la historia de Lanzarote cambió para siempre. Se dice que la isla quedó arrasada por ríos de lava y que llovieron cientos de rocas.
Ese día se estaba celebrando una boda en el Timanfaya cuando una explosión hizo temblar la tierra. Tanto los asistentes a la celebración como el resto de habitantes del pueblo huyeron en busca de refugio. Muchos se salvaron, pero no la pareja que contraía matrimonio. Una roca aplastó a la novia y el novio, al intentar sin éxito salvar a su amada, se quedó sin opciones de salvarse él.
Se cuenta que los testigos allí presentes lo vieron desaparecer entre la lava y expresaron un lamento: “Pobre diablo”. De ahí que esta leyenda de Lanzarote sea conocida como la del Diablo de Timanfaya, una imagen que forma parte de las tradiciones de la isla.
La leyenda de la Reina Ico
Zonzamas y Fayna reinaban en Lanzarote cuando, allá por 1377, llegó a la isla una embarcación española al mando de la cual estaba el vizcaíno Martín Ruiz de Avellanedo. Este regaló al jefe de la comunidad un gran vestido y, a cambio, Zonzamas le ofreció ser su huésped durante varios días en Acatife.
Nueve meses después de aquello, la reina dio a luz a Ico, criada como hija legítima por Zonzamas. Sin embargo, sus rasgos mestizos -piel blanca y cabello rubio- siempre generaron sospechas y disputas a su alrededor.
El pueblo siempre murmuró sobre la paternidad de la princesa, que acabó casándose con Guanareme, un noble del lugar. Su hermano Timanfaya, quien era el heredero, fue capturado y ella tenía que reinar, pero el pueblo no lo consintió e Ico tuvo que huir por ser la supuesta hija de uno de esos conquistadores que tanto daño estaban haciendo a la isla.
Según esta leyenda, la princesa se encerró, acompañada por tres jóvenes plebeyas, en una cueva llena de humo. Era una prueba. Si Ico sobrevivía, se demostraría que tenía sangre real.
La noche anterior, su niñera Uga le recomendó mojar una esponja con agua y ponérsela en la boca. Gracias a eso, Ico fue la única que sobrevivió al humo y el pueblo la proclamó reina, sin saber que esa trampa le había ayudado a poner fin a las sospechas sobre su origen mestizo.
La leyenda de Pedro Perico
Otra leyenda de Lanzarote muy famosa es la de Pedro Perico, un atrevido aborigen canario que decidió luchar contra un macho cabrío al que los isleños consideraban el diablo disfrazado de bestia.
Esto ocurrió en el año 1500, cuando Pedro Perico quiso poner fin al terror que este animal estaba generando entre los pastores de la zona.
Varios de ellos fueron testigos de su osadía. Cuenta la leyenda que la lucha fue cruenta, pero que el corpulento animal arrastró al hombre hasta que ambos cayeron por una sima y nunca más se les vio.
Se dijo entonces que a Pedro Perico se lo había llevado el diablo. Y esta es una de las leyendas más famosas de Lanzarote.
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