Si hay algún lugar que pueda conocerse como la puerta entre Lanzarote y La Graciosa, es Órzola. Por su posición estratégica, este pequeño pueblo costero lleva miles de años siendo la conexión entre ambas islas. De hecho, en Órzola podremos encontrar el puerto que conecta Lanzarote con Caleta de Sebo, el pueblo a cuyo puerto llegan los barcos. El trayecto no dura más de 40 minutos y el precio del billete ronda los 15 € por persona.
Sin embargo, Órzola es mucho más que un puerto de conexiones, es un precioso pueblo donde poder disfrutar de una gran variedad de playas vírgenes como la Caleta del Blanco, el Caletón Blanco o Los Caletones. Cualquiera de ellas será una magnífica opción para todos los que quieran disfrutar de aguas cristalinas en pequeñas y tranquilas calas.
Si cuentas con tiempo adicional, merece la pena visitar los Jameos del Agua, en los alrededores de Órzola, a unos 10 km. Son una auténtica joya que se expresa como la perfecta mezcla entre la belleza de la naturaleza y el arte del hombre. Los Jameos del Agua son unas espectaculares grutas naturales, reformadas por César Manrique, que no dejan indiferente a nadie. Sus formaciones geológicas, vegetación endémica y lagos subterráneos hacen de los Jameos del Agua una de las zonas más especiales de Lanzarote.
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